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ORIGEN MÍTICO DE LA MÚSICA



 
El Hombre Sabio, al ingerir la savia de la naturaleza (las plantas sagradas), vierte de sus labios la música celestial, inspirada en la bondad de la naturaleza, imitando el canto de los pájaros. el silbo y el aliento divino de los espíritus curativos.
La música sagrada tiene su origen en el shamanismo. Los Yachaj  Taitas afirman que el primer sonido y el Canto Creador lo aprendieron de la ingestión de las plantas sagradas tabaco, etc,), con ayuda de las cuales se comunican con los espíritus de los
ayuda de las cuales se comunican con los espíritus de los cerros, las cascadas , las cuevas y de los animales sagrados, los cuales les transmiten los cantos, los silbos y los secretos de la naturaleza.
En el trance extático, los yachaj taitas realizan ciertos movimientos y repiten cánticos que ya no están bajo su control, sino que es el espíritu de la planta o del cerro el que actúa directamente, en una acción de por medio de la cual los espíritus se apoderan del Hombre Sabio y del Iniciado.
 Los elegidos que han recibido este patrimonio sagrado, afirman haber escuchado la música más bella y celestial, que sólo podría ser interpretada por los dioses.
 Cada canto y cada silbo tienen una función específica. Son interpretados en un orden inalterable, son diferentes los unos de los otros y varían de shamán a shamán. Por ejemplo, existen diferentes cánticos y silbos para la preparación de las bebidas sagradas, para su ingestión, para la invocación de las deidades y para el trance. Asimismo, los cánticos de curación difieren de acuerdo con la enfermedad que se está tratando.
Para los pueblos indígenas, la enfermedad es la exteriorización del alma fuera del cuerpo, lo que se llama también “pérdida de la sombra”. En la ceremonia de curación, el yachaj taita hace regresar el alma al cuerpo del paciente. Sincronizándolos. Los cantos curativos, acompañados del sonido de sonajeros o maracas en unos casos, o del shingo-shingo (escobas medicinales) en otros; dependiendo de los ritmos, llegan a corregir anomalías cardíacas, respiratorias y del sistema nervioso central. Por medio de ciertos cánticos específicos curan las picaduras de serpientes o tarántulas. La música sagrada ceremonial constituyó, y constituye aún,  una parte esencial de la cosmovisión indígena, y está ligada indisolublemente a la religión, a la ciencia y a su forma de concebir la vida y la muerte.